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Los besos que te quitan el aliento febrero 14, 2011

Posted by Romeo Casanada in chicas, recuerdos.
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Original de externo, en Flickr

No puedo dejar pasar este día de San Valentín sin postear, y nada mejor para ello que recordarme de esos besos que quitan el aliento, pero me refiero a aquellos besos que toca ver de lejos o a veces de cerca pero que son como ese segundo permanente previo a cuando se cae una copa al piso, y así como los pedazos de vidrio se esparcen, así son las ilusiones que se difuminan ante la realidad que aquella persona que te gusta, la que mueres por ella y que sólo quisieras tener una oportunidad, esta besándose con otro y para terminar la ecuación tú te encuentras al otro lado.

Tres veces me ha tocado presenciarlo, cual fantasmas de Scrooge.  El beso del pasado lejano fue a mis casi 18 años, y aunque ya conte esa historia con Raquel en la cual, justo en Diciembre previo a la Navidad pude conocer a la chica que me gustaba desde siempre, y que ese mes pasamos tiempo juntos con mis otros vecinos y cuando en mi ingenuidad la sentí más cerca resultó que uno de ellos, Gustavo,  ya había ganado la partida.  La parte de la historia q falto es que ese mismo día de Noche Buena, cuando regresaba triste  por darme cuenta quienes eran la parejita del grupo, me encontré con una amiga, y mientras hablaba de cualquier excusa para irme a casa, volteé solo para ver en la calle cuando Raquel y Gustavo se daban un beso, previo a entrar a una fiesta q organizaban mis vecinos, una imagen que no me pude sacar en toda la noche.

El beso de mi vida universitaria es el segundo en arribar a mi mente hoy. Enamorado como un loco de Flor, la cual además de brillante y linda, me hacía sentir tan bien cuando estaba con ella, me llenaba de vida y le gustaba pasar tiempo conmigo, siempre hacíamos cosas juntos.  Tanto, que ahora me parece extraño porque ese día que ibamos a celebrar el cumpleaños de un amigo a un restaurante, ella no se fue conmigo.  Ese día iba con mis otros compañeros, cuando de repente vi a una pareja besándose en el parqueo como solo en novelas había visto. Serían milésimas de segundo que pasaron cuando noté que era Flor la protagonista del evento, que tan blanco me puse ese día no sé, pero si recuerdo que no hable nada en esa celebración.

El beso de mi vida adulta a los 26, parece que fue ayer.  En esta ocasión debo admitir que aunque la chica me gustaba,  siempre lo negué a todos y a mí mismo. Pero no era cierto, si me molestaba cuando Juan, uno de mis compañeros pasaba tiempo con ella, lo detestaba.  Y fue un día que con el grupo de amigos nos fuimos a esas fiestas donde hay muchos extraños y todo es tomar y tomar, y yo que nunca he sido de emborracharme, me toco de Wachiman, cuando la susodicha chica me dijo hoy te va a tocar cuidarme porque voy a tomar.  Y asi pase la noche, evitando que le diera teléfonos a extraños y levantándola cuando se cayó de lo «alegre» que estaba, mientras el compañero que detestaba tomaba con otros amigos.  Fue al regreso, cuando la llevaba en hombros, y un momento me dijo, me quedo atrás con mi amiga Rhina.  Después de caminar una cuadra y no verla, decidí regresar para ver si estaba bien, sólo para ver que no estaba con Rhina, sino con el detestable Juan pegándole el beso de buenas noches.  Este es el tercero, me dije a mí mismo.

Y después de la visita de estos tres besos a mi mente, no me queda más que desearles ¡Feliz día de San Valentín a todos!